Los Reyes la Paz, México.- Sentido y triste adiós a un líder nato como lo fue Rolando Castellanos Hernández, para la gente de esta población del oriente mexiquense, quien hoy una nutrida cantidad quería estar cerca y despedirlo como a él siempre le gusto, con canciones, aunque ante este triste deceso hubo lágrimas y tristeza por quienes le acompañaron en lo que fue prácticamente su casa por muchos años las oficinas de FROC, que se ubica en la Avenida Tenancingo y calle 12 de la colonia Valle de los Reyes.
Comentamos que como el la gustaba vivir, porque cuando había oportunidad este popular político siempre entonaba algunas populares melodías acompañado del mariachi, canciones que el pueblo cantaba con él, así fue una parte de la vida de este político que la gente llego a estimar como a pocos.
Hoy no fue la excepción porque en cuanto sus restos llegaron en la carroza que lo trasladaba, muchas voces se unieron despidiéndolo con porras, dejándose a la vez escuchar canciones que Rolando en vida cantara, aunque esta ocasión la tristeza era muy sentida, la gente entono estas melodías mexicanas que a él le gustaban y que siempre les canto.
En su momento las porras coreando su nombre sonaron fuerte con Rolando, Rolando, Rolando, mostrando con esto el cariño a alguien que tuvo la fortaleza y el carácter de realizar en su trayectoria una enorme cantidad de amigos que hoy se sumaron para despedirlo y desearle que su camino sea lleno de luz y tranquilidad.
Vino la voz del clérigo que le recordó como un ser humano que siempre trato de ayudar a quien se acercaba por algún motivo de apuración encontrando siempre respuesta a sus problemas que los hacían encaminarse a las oficinas de FROC, dándole finalmente la bendición divina del todo poderoso.
Por su parte su hijo Alan Castellanos Ramírez, agradeció a los presentes el estar acompañarle en este difícil momento y a nombre de la familia Castellanos-Ramírez, les reitero las gracias. De esa forma con gran pesar y tristeza fue despedido Rolando Castellanos Hernández. Descanse en paz.
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